martes, 12 de julio de 2011

snow patrol: un sonido para todos



La historia de Snow Patrol comenzó en la Universidad de Dundee en 1994, cuando Lightbody tropezó con el guitarrista Mark McClelland (Apodado: Maps. "Porque se orienta muy bien por la ciudad.")
Bueno, no del todo. El primer nombre que eligieron para la banda fue Polar Bear, nombre que también había usado el ex bajista de Jane's Addiction, Eric Avery. Cuando surgió la amenaza de un pleito legal, Lightbody y McClelland tuvieron que ponerse a pensar de nuevo y se decidieron por el igualmente invernal nombre de Snow Patrol. Fueron ellos quienes rieron los últimos, y después de cantar para Scotland's Jeepster Records (Belle and Sebastian, entre otros), por entonces la banda ya la formaban tres miembros, el batería Johnny Quinn ya había ocupado su lugar (apodado: Thunderclap. "Porque toca la batería con mucha fuerza"), publicaron su álbum de debut en 1998, descaradamente titulado Songs For Polar Bears.

Cuando se fue pasando ese estado de ansiedad, la banda decidió seguir con su nombre original (Lightbody: "Lo último que queríamos hacer, era cambiarnos el nombre y seguir tocando canciones de Snow Patrol") y empezaron a escribir Final Straw. Mientras tanto, Lightbody grabó un álbum en solitario, The Reindeer Section, que incluía a luminarias escocesas como Idlewild, Arab Strap y Norman Blake de Teenage Fanclub.

La confianza en sí mismos pronto les trajo la recompensa, con las demos de The Final Straw en circulación, la banda rápidamente fue fichada por el sello Polydor, imprint Fiction y se metieron en el estudio con Garret Lee, alias Jacknife Lee, un genio del sonido. Por entonces ya tenían un guitarrista extra, antes trabajador en HMV, Nathan Connolly (apodado: Handsome. "Alguien por la calle le llamó así un día y se le quedó.") Había sido presentado a la banda, pero Connolly no lo tenía claro, hasta que por fin, a regañadientes, se decidió a unirse a ellos

El álbum resultante es un precipitado ataque de guitarras distorsionadas, baterías efervescentes y vertiginosos himnos pop, todo ello aderezado con la suficiente angustia como para llenar un océano. No faltan los temas sobre el amor perdido y el horror real del conflicto de Irak, que influyen poderosamente en las letras de Lightbody, The Final Strawes es la reencarnación de la cruda emoción.

web site: www.snowpatrol.com/

video:

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